sábado, 5 de diciembre de 2009

Lámpara en el viento.


"Gran Padre, Gran Espíritu, otra vez sustentame sobre la tierra y reclínate para escuchar mi endeble voz. Viviste primero, eres más antiguo que toda necesidad, más viejo que toda plegaria. Todas las cosas te pertenecen: los bípedos, los cuadrúpedos, las alas del aire, y todo lo verde que late.


Estableciste los poderes de los cuatro ángulos de la tierra para que se entrecrucen. Me hiciste recorrer el buen camino y el camino de las dificultades, y donde se cruzan, el lugar es bendito. El día va, el día viene, para siempre, eres la vida de las cosas.


¡Oye! Inclínate para oír mi tenue voz.

En el centro del círculo sagrado

Has dicho que debo hacer que los árboles florezcan.

Con lágrimas corriendo, Oh Gran Espíritu,

Oh Gran Padre.


Con lágrimas corriendo debo decir

Que el árbol jamás ha florecido.

Aquí estoy de pie y el árbol luce marchito.

De nuevo, evoco la gran visión que me diste.

Puede ser que una pequeña raíz de árbol

sagrado siga viva.

¡Nútrela entonces

Para que pueda soltar hojas

Y florecer

Y llenarse con pájaros cantores!


Escúchame, que el pueblo pueda de nuevo

Encontrar el buen camino

Y el árbol protector."



Black Elk (Alce Negro, Guerrero y Sabio, Sioux Oglala (1863-1950).




"Hau de no sau nee o Confederación de las Seis Naciones Iroquesas ha existido en esta tierra desde el comienzo de la memoria humana. Nuestra cultura está entre las más antiguas culturas de existencia contínua en el mundo. Nosotros recordamos todavía los más antiguos hechos de los seres humanos. Recordamos las instrucciones originales de los Creadores de Vida en este lugar que llamamos Etenoha: Madre Tierra. Somos los guardianes espirituales de este lugar. Somos los Ongwhehonwhe: el Pueblo Genuino.

En el comienzo, nos fue dicho que los seres humanos que caminan sobre la Tierra han sido provistos con todas las cosas necesarias para la vida. Se nos instruyó para portar amor del uno al otro, y para demostrar un gran respeto por todos los seres de esta Tierra. Se nos mostró que nuestra vida existe con la vida arbórea, que nuestro bienestar depende del bienestar de la Vida Vegetal, que somos parientes cercanos de los seres de cuatro patas. En nuestras maneras, la consciencia espiritual es la forma política más elevada.


El nuestro es un Estilo de Vida. Creemos que todos los seres vivientes son seres espirituales. Los espíritus pueden ser expresados como formas de energía manifestadas en la materia. Una hoja de hierba es una forma de energía manifestada en materia: materia de hierba. El espíritu de la hierba es esa fuerza no visible que produce las especies de hierba, y se manifiesta a nosotros en la forma de hierba real.

Las instrucciones originales indican que quienes caminamos por la Tierra tenemos que expresar gran respeto, afecto y gratitud hacia todos los espíritus que crean y sustentan la vida. Congratulamos y agradecemos a los muchos sustentadores de nuestras vidas: el maíz, los porotos, la calabaza, los vientos, el sol. Cuando la gente cesa de respetar y expresar gratitud hacia estas muchas cosas, entonces toda la vida es destruida, y la vida humana en este planeta llegará a su fin.


El aire está podrido, las aguas están envenenadas, los árboles se mueren, los animales están desaparaeciendo. Pensamos que hasta los sistemas climáticos se están modificando. Nuestras enseñanzas antiguas nos advirtieron que si el hombre interfería en las leyes de la Naturaleza, tales cosas iban a suceder.

Otros documentos de Hau de no sau nee han delineado nuestro análisis de la opresión legal y económica. Pero nuestro mensaje esencial al mundo es un llamado básico a la consciencia. La destrucción de las culturas y de los pueblos Nativos es el mismo proceso que ha destruido y está destruyendo la vida en este planeta. Las tecnologías y los sistemas sociales que han arrasado la vida de los animales y de las plantas, también están aniquilando a los pueblos Nativos. Ese proceso es la Civilización Occidental. Los procesos de colonialismo e imperialismo que afectaron al Hau de no sau nee son apenas un microcosmos de los procesos que afectan al mundo. El sistema de reservaciones empleado contra nuestro pueblo es un microcosmos del sistema de explotación utilizado contra el mundo entero. Desde los tiempos de Marco Polo, Occidente ha estado refinando un proceso que ha mixtificado a los pueblos de la Tierra.


La mayoría del mundo no halla sus raíces en la cultura o las tradiciones Occidentales. Esa mayoría tiene sus raíces en el Mundo natural y es el Mundo Natural y son las tradiciones del Mundo Natural las que deben prevalecer si es que vamos a desenvolver sociedades verdaderamente libres y equitativas.

Resulta necesario, a esta hora, que iniciemos una dinámica de análisis crítico de los procesos históricos de Occidente, para exponer la naturaleza real de las raíces de las condiciones explotadoras y opresivas que fuerzan a la Humanidad. Al mismo tiempo, mientras obtenemos la comprensión de estos procesos, debemos reinterpretar dicha historia para los pueblos del mundo. En última instancia, el pueblo más explotado es el pueblo de Occidente. Carga el peso de siglos de racismo, sexismo e ignorancia que han vuelto insensibles a sus gentes a la verdadera naturaleza de sus vidas.

Tenemos que desafiar consciente y continuadamente cada modelo, cada programa y cada proceso que Occidente trata de imponernos. En su libro Pedagogía del oprimido, Paulo Freire escribió que imitar al opresor s una característica del oprimido, para obtener a través de tal acción un alivio a la condición opresiva. Debemos aprender a resistir tal respuesta a la opresión. La gente que vive en este planeta precisa quebrar el estrecho concepto de liberación humana, y comenzar a ver la liberación como algo que es menester expandir a la integridad del Mundo Natural. Lo que se necesita es la liberación de todas las cosas que sostienen la vida -el aire, el agua, los árboles- todas las cosas que sostienen la sagrada trama de la Vida.


Sentimos que los pueblos Nativos del Hemisferio Occidental pueden seguir contribuyendo a la sobrevivencia potencial de la especie humana. La mayoría de nuestra gente todavía vive de acuerdo con las tradiciones que hunden sus raíces en la Madre Tierra. Pero los pueblos Nativos tienen necesidad de un foro donde nuestra voz pueda ser escuchada. Y precisamos alianzas con otros pueblos del mundo que nos asistan en nuestra pugna para recuperar y mantener nuestras tierras ancestrales, y para proteger el Modo de Vida que seguimos.

Sabemos que es una labor muy dificultosa. Muchas naciones-estado pueden verse amenazadas por la posición que representa la protección y liberación de los pueblos y las culturas del Mundo Natural, una orientación transformadora que debe ser integrada por las estrategias políticas del pueblo que busque defender la dignidad del Hombre. Pero tal posición está creciendo en fortaleza, y representa una estrategia necesaria en la evolución de un pensamiento transformador.


Los pueblos Nativos tradicionales tienen la clave para revertir los procesos que en la Civilización Occidental prometen un inimaginable futuro de sufrimiento y destrucción. La espiritualidad es la forma más elevada de consciencia política. Y nosotros, los pueblos Nativos del Hemisferio Occidental, estamos entre los portadores sobrevivientes de tal tipo de consciencia en el mundo. Aquí estamos para impartir ese mensaje".


Hau de no sau nee significa "Pueblo que construye". Es el nombre del Pueblo de la Casa Larga: Mohawks, Oneidas, Onondagas, Cayugas, Senecas y Tuscaroras, la Confederación de las Seis Naciones o Iroqueses, que fueran una poderosa comunidad que habitaba en el noroeste de América del Norte. En setiembre de 1977 presentaron a ONG de Naciones Unidas tres documentos que resumían sus puntos de vista sobre las condiciones de opresión en que vivían los pueblos originarios de América, y sostenían: "los seres humanos abusan los unos de los otros, abusan del globo en que viven, y abusan de sus propias personas individuales".

-Este texto ha sido extractado de "Mensaje al Mundo Occidental", parte de una recopilación de declaraciones y proclamas realizadas en distintas épocas y circunstancias por diferentes pueblos nativos de América del Norte, preparada y seleccionada por Miguel Grinberg y publicada originalmente en Argentina en 1999.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario